
Hasta ahora, el único modo de eliminar la suciedad de los techos técnicos consistía en cambiar las placas por otras nuevas o pintar las ya existentes. Dichas alternativas son caras, y en el caso de la pintura, esta altera las propiedades físicas del falso techo (acústicas, ignífugas), las placas se pegan a los perfiles, se curvan, dan peor apariencia, un olor desagradable, etc…